23 marzo 2007

Kant – Lo bello y lo sublime

Algunos comentarios sobre la concepción de lo bello y lo sublime en Kant, a partir de observaciones hechas por estudiantes.[Las menciones al texto de Kant corresponden a su Crítica del juicio, traducción de Alberto Diez (Buenos Aires, Losada, 1961 {3ª ed.: 1993}).]

En el repartido dice:

“Kant distingue el campo del conocimiento teórico (del que deriva la ciencia), el campo del juicio ético, y el de lo bello. En este último desarrolla una distinción importante entre lo bello y el concepto de “lo sublime”.”

Cabe aclarar el concepto de lo sublime. La principal diferencia entre lo bello y lo sublime, según Kant, es que la belleza del objeto se impone a nuestro juicio y nos resulta naturalmente apropiada, mientras que aquello que “provoca en nosotros el sentimiento de lo sublime, puede aparecer inapropiado para nuestra facultad de representación y como si violentara la imaginación” (90). Es así que algo que nos resulta antinatural puede resultar sublime. Kant agrega: “no podemos decir que el objeto es idóneo para la representación de algo sublime que puede encontrarse en el espíritu, pues lo propiamente sublime no puede contenerse en el espíritu, pues lo propiamente sublime no puede contenerse en ninguna forma sensible [dicho de otro modo: es irrepresentable], sino que afecta sólo a ideas de la razón, las cuales, aunque ninguna de ellas sea susceptible de exposición apropiada, son despertadas y traídas al espíritu precisamente por esa inadecuación que puede exponerse sensiblemente.” (numeral 23, pp. 90-91)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cabe recordar que en "Lo bello y lo sublime", este muchacho Kant, dice imposible que una mujer tenga cualidades sublimes, en tanto que sí las puede tener bellas, mientras que el varón puede merecer tales cualidades sublimes.

Anónimo dijo...

No tiene relación con que la mujer no tenga características sublimes. Kant basa esta teoría en la naturaleza original del hombre y de la mujer, y en el rol de cada cual dentro del Universo.
Incluso recalca en sus escritos que lo sublime no es privativo de la mujer, sino mas bien, que la belleza femenina incluye todo aquello propio de su naturaleza: su delicadeza, sus sentimientos finos, su intuición, su capacidad amorosa, su forma física, su alegría e incluso su olfato. Una mujer poco "bella" en lo físico, contiene igualmente belleza e incluso, adoptaría características sublimes mas evidentes.