25 abril 2009

Autor y lector implícitos

Ante la pregunta de un estudiante, desarrollo un poco más esta cuestión fundamental. Estas categorías resultarán más claras, seguramente, cuando las veamos funcionar en textos concretos, durante las clases de análisis formal de textos literarios. Sin embargo, vale la pena aclarar de antemano.

Es importante entender que conceptos como autor implícito, lector implícito, narrador y otros no refieren a una persona humana, a un sujeto. Son categorías textuales y describen fenómenos textuales. El autor implícito no es la persona con la que podemos conversar, ni el escritor español que perdió un brazo en Lepanto. Tampoco el lector implícito es un lector de carne y hueso, ni un conjunto de lectores.
Un texto, como todo discurso, es una disposición determinada de determinados signos. La escritura y la lectura son prácticas semióticas humanas. Es decir: prácticas que involucran sujetos y signos. Esas dimensiones, la de los sujetos y la de los signos, son como las dos caras de un papel: no pueden separarse o disociarse (forman cuerpo, por así decirlo, como los órganos y los tejidos). Sin embargo, la comprensión y análisis de dichas dimensiones requieren abordajes distintos, así como para tener una imagen del papel hacen falta al menos dos miradas, una a cada faz del mismo.
Los estudios literarios son la disciplina que estudia esas prácticas y los productos de las mismas (para simplificar, podemos dividir a dichos productos, que son nuestros objetos de estudio, en tres grandes categorías: los textos, los actos de escritura y los actos de lectura). Para ello usan categorías y conceptos que comparten con otras disciplinas ("Modernidad", por ejemplo, que proviene de la historia, o "codificación" , que proviene de las ciencias del lenguaje), pero también necesitan desarrollar ciertas categorías propias para poder estudiar aspectos específicos de las prácticas literarias y sus productos. Categorías de análisis textual como la de "autor implícito", "lector implícito", "narrador" y otras son específicas de los estudios literarios pues uno de los objetos de estudio específicos de nuestra disciplina es, justamente, ciertas formas de articulación entre los sujetos y los signos.
El ejemplo más sencillo es quizás el de la categoría o concepto de "narrador", tal como se ha desarrollado en los estudios literarios. En la clase sobre análisis del texto narrativo (viernes 8 de mayo), veremos que la persona que narra una historia puede ser muy distinta a la del autor: una niña de 6 años, un muerto, alguien que tiene opiniones muy distintas a las del escritor, etc. Dicha persona es un aspecto muy importante en un relato, que no puede ser estudiado como una "persona", en el sentido que tal palabra tiene en el lenguaje cotidiano, ni desde la categoría o el concepto de persona que nos brinde la sicología, por ejemplo. Necesitamos una categoría conceptual específica. Esa categoría es la que los estudios literarios y en particular una rama de los mismos, llamada narratología, denomina narrador. Otro tanto puede decirse con las de "autor implícito" y "lector implícito", entre otras.